El pasado sábado se disputó en el Manolo Maciá el encuentro correspondiente a la jornada dieciséis (primera de la segunda vuelta) que enfrentó al Santa Pola y al Monforte.
Los visitantes son en la actualidad un equipo totalmente desmantelado y serio candidato al descenso. Venía de caer derrotado, con un resultado muy abultado, ante el Bahía Santa Pola y ahora volvía al Maciá para verse las caras con un Santa Pola en claro ascenso. Se preveía, por tanto, un partido cómodo y el único rival que podrían encontrar los rojiblancos era su exceso de confianza.
Este exceso de confianza no apareció y el Santa Pola planteó un partido serio desde el primer minuto. Y los mejores presagios se cumplieron. Diecisiete minutos bastaron al Santa Pola para adelantarse por dos veces, por mediación de Antonio Rocamora que consiguió un doblete. El Santa Pola jugaba a placer y antes del descanso conseguiría dos goles más, esta vez por obra de Miguel Zaragoza y Markus, ante un Monforte totalmente desarbolado. Con el partido ya sentenciado se llegó al final de los primeros cuarenta y cinco minutos.
Dos minutos de la segunda parte necesitó el Santa Pola para conseguir su quinto gol, por obra de Markus que hacía doblete también. Y a partir de este momento los de Ismael Arroyo dieron por finiquitado el partido y levantaron el pie del acelerador. El entrenador local comenzó a dar entrada a hombres de refresco, pensando más en el próximo partido frente al líder, y el marcador ya no se movería a pesar de que, aun a medio gas, el Santa Pola disfrutó de tres claras ocasiones más de gol que hubieran dejado un marcador escandaloso.
La noticia triste fue sin duda las lesiones de Elvis y Krebbs, que son serias dudas para el encuentro del próximo domingo frente al líder el Racing San Miguel.
En resumen, partido confortable para los locales y tres puntos que dejan al equipo a tan solo tres de la promoción de ascenso.